
I así empieza todo. Tardes zapateás, un dos tres. Los miércoles por la tarde se han convertido en ilusión. Dos, tres. Caminar por el barrio, a menudo me recuerda alguna otra canción del mismo Barrio. Aunque esto no es Cádiz, ni Triana, está claro.
Aquí no tenemos los ‘ayses’ de allí, tomamos cañas, pero no de la misma forma y hasta nos cuesta decirnos más que un ‘hola qué tal’. Trin, traun.
Hay que combatirlo, así que nos apuntamos a bailar como las bailaoras. Iniciamos una especie de ‘zapateao’ que todavía tiene fuerzas reprimidas. Braceamos con pudor, pero con esperanza de soltarnos algún día. Izquierda, derecha, tras, tras.
Entonces nos hablan del compás, que aquí aún no los tenemos en la sangre, pero con el ritmillo, más, más, se nos cala en la piel y es algo conmovedor….¡voy al ritmo del compás! ¡ y…rumba!
Y el tablao, que para nosotros es algo que conocemos al crecer y para otros es algo que precisamente les hacer crecer para poder conocer…
Y vámonos con ese tango.
Talón, talón, media, talón, golpe, golpe, tiqui, ta.
Aquí no tenemos los ‘ayses’ de allí, tomamos cañas, pero no de la misma forma y hasta nos cuesta decirnos más que un ‘hola qué tal’. Trin, traun.
Hay que combatirlo, así que nos apuntamos a bailar como las bailaoras. Iniciamos una especie de ‘zapateao’ que todavía tiene fuerzas reprimidas. Braceamos con pudor, pero con esperanza de soltarnos algún día. Izquierda, derecha, tras, tras.
Entonces nos hablan del compás, que aquí aún no los tenemos en la sangre, pero con el ritmillo, más, más, se nos cala en la piel y es algo conmovedor….¡voy al ritmo del compás! ¡ y…rumba!
Y el tablao, que para nosotros es algo que conocemos al crecer y para otros es algo que precisamente les hacer crecer para poder conocer…
Y vámonos con ese tango.
Talón, talón, media, talón, golpe, golpe, tiqui, ta.