sábado, 27 de noviembre de 2010

después de casi un año


Fue hacia los veinticuatro años cuando descubrí que todos aquellos obstáculos se podían empequeñecer. O, almenos, que podían desaparecer un poco, aún estando presentes.
Fue entonces cuando las pequeñas cosas que regala la vida empezaban a encontrar su color y también sus aromas...
Cuando soñar era realmente especial y cada día diferente.
Cuando cantar salía sin notas ni estribillos y andar era como patinar. Y patinar era como estar nadando en un mar de aguas cristalinas.
Fue entonces cuando estaba a punto de cumplirlos.

1 comentario: